LA TORTILLA FRANCESA no tiene mucho misterio. Fácil de ejecutar y muy sabrosa, resulta siempre socorrida tanto para comer en plato como para llevar en bocadillo al campo o a la playa.
La podemos
presentar con forma de media luna (plegada sobre sí misma) o liada (con forma
ovalada).
Lo suyo
es hacerla de dos huevos (para un niño, un huevo sería suficiente).
Cascamos
los huevos y los ponemos en un planto hondo. Añadimos un poco de sal, al gusto.
Batimos los huevos con tenedor o varilla, ligeramente; es decir, un batido
suave, más bien removiendo, de modo que no hagamos espuma y así nos quede la tortilla jugosa.
En una
sartén pequeña y antiadherente, calentamos bien el aceite de oliva (un poquito
para cubrir el fondo); una vez caliente, verteremos los huevos batidos y los iremos
dejando cuajar mientras removemos y le vamos dando la forma señalada.
Moldearemos bien la forma si la tortilla, al contacto con la sartén, ya ha hecho una película cuajada.
No dejes
que se queme o dore demasiado. En tres o cuatro minutos, lista.
Coste del plato: //0,25.-€// (según mercado, a fecha).
VARIANTES:
La
tortilla francesa nos puede servir de base para cocinar otras: con lonchas o
tropiezos de jamón york o serrano, queso, atún, champiñón, pimientos,
espinacas, cebolla, etc.
Según
la materia prima que vayamos a añadir habrá que considerar un par de cosas:
la
primera, que tengamos que pre cocinar la verdura, o los champis, o los
pimientos… antes de añadirlos a la tortilla; la segunda, que algunos productos,
como la verdura, sueltan mucha agua así que, después de cocinarlos, deberemos
escurrirlos bien antes de incorporar esa guarnición a los huevos, cuajándose en
la sartén.
A
estas tortillas, al tener más peso, se les da forma redonda (similar a una
tortilla de patatas). Cuajamos primero una cara, y luego la otra. Nos podemos
ayudar de un plato para poderle dar la vuelta. Será un plato distinto al que
usemos para comer.
Si
los ingredientes que vamos a añadir ya están hechos con antelación, en tres o
cuatro minutos la tendremos lista. Su coste variará, por supuesto, en función
de los manjares escogidos.
Y
recuerda, las tortillas deben de estar bien cuajadas. Los huevos bien hechos.
ESTO ES SAGRADO, SOBRE TODO EN VERANO, Y MÁS, SI TE PIENSAS LLEVAR LA TORTILLA
FUERA DE TU CASA (al campo, a la playa, de excursión…). LAS ALTAS TEMPERATURAS
SON SIEMPRE CALDO DE CULTIVO PARA CUALQUIER MICROORGANISMO Y SI EL HUEVO
CONTIENE SALMONELLA Y NO ESTÁ BIEN CUAJADO, PEOR. ¡LA FIESTA DE LA
CONTAMINACIÓN ALIMENTARIA PUEDE COMENZAR! No lo olvides.
Y ... Bon appétit !
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