La SALSA DE TOMATE es otro de los ELEMENTOS BÁSICOS de la COCINA, QUE HAY QUE CONOCER Y SABER HACER.
Además de emplearse por sí misma como complemento de otras elaboraciones (unos buenos huevos fritos, albóndigas, pasta, arroces...), como SALSA BASE que es, nos permitirá realizar en el futuro otras salsas derivadas.
Podemos hacer mucha o poca SALSA DE TOMATE, en función de nuestras necesidades. No está demás hacer de sobra, ya que tiene pronta salida. Siempre está bien tenerla como recurso.
Para no pasarnos, en nuestra fórmula de hoy emplearemos:
1,2 kg de tomate maduro (lo puedes sustituir, si es más económico, por tomate natural triturado, ya comprado en lata)
120 gr de cebolla
100 gr de zanahoria
2 ó 3 ajos
bouquet aromático (tamaño adecuado; ver BASES DE LA COCINA)
1 dl de aceite de oliva
agua o caldo de ave (ver BASES DE LA COCINA), en c/s
harina, en c/s
vino blanco, en c/s
sal, pimienta molida y azúcar, en c/s
Comenzaremos por pelar , lavar y picar bien la zanahoria, la cebolla, el ajo y cortar en dados el tomate, si no es de lata. También prepararemos el bouquet garní o aromático, como ya hemos visto.
Pondremos a fuego suave una olla tamaño adecuado, con aceite de oliva en c/s, que cubra el fondo del recipiente a modo de fina película.
Agregaremos para rehogar y pochar, por orden de dureza y resistencia a la cocción, la zanahoria, y luego la cebolla y el ajo.
Cuando veamos que la cebolla va quedando transparente, añadimos el tomate y el bouquet aromático, y rehogamos. Sazona un poco.
Vertemos a continuación el agua en c/s. Pon poco a poco para ver el volúmen deseado. Si queremos hacer una SALSA DE TOMATE más sabrosa, podemos sustituir el agua por un FONDO O CALDO DE AVE, que tengamos listo previamente.
Así mismo, hay quien, también, le añade un chorrito de vino blanco, que se irá "reduciendo", desapareciendo, durante la cocción y que le dará un toque diferente a nuestra elaboración.
Deja hacer a la cocción, tranquilamente, removiendo de vez en cuando y hasta que el bouquet esté bien hecho.
Es el momento de retirar el ramillete aromático y añadir sal, azúcar en c/s para "matar" la acidez, y pimienta molida.
Retira del fuego, tritura y, si es necesario para que la salsa quede más ligera, pasa por un "chino" (colador).
Ahora, vuelve al fuego. Es necesario "LEVANTAR NUEVAMENTE LA SALSA".
Pruébala y rectifica de sal, pimienta y azúcar, si es necesario.
Ya has terminado.
Si ves o crees que la SALSA DE TOMATE te ha quedado un poco más líquida de lo normal o bien la necesitas más espesa para los destinos que le vas a dar, la puedes engordar un poco.
Para ello, como te he explicado en otra ocasión, mezclarás un poco de agua fría con un poco de harina o almidón (harina de maíz, tipo Maicena) en un vasito o taza pequeños. Remueve bien, que se diluya.
Mézclala con la salsa, remueve y deja al fuego un ratito. Verás que ésta, engorda.
Cuando termines, deja enfriar. Luego, guarda en frigorífico hasta su uso. También la puedes conservar al Baño María.
Como ya hemos dicho, la SALSA DE TOMATE combina y acompaña perfectamente con huevos, arroces, pasta, así como con pescados, carnes, aves y hortalizas.
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